Un tribunal chino ratificó la sentencia contra Robert Schellenberg, un canadiense detenido en el país asiático por tráfico de drogas. Canadá criticó duramente la decisión judicial y acusó a Beijing de llevar a cabo una «diplomacia de rehenes» para presionar por la liberación de la ejecutiva de Huawei Meng Wanzhou, arrestada en Canadá.
La sentencia de pena de muerte contra el canadiense Robert Schellenberg es firme. El Tribunal Popular Superior de Justicia de la provincia de Liaoning, en el noreste de China, ratificó este martes 10 de agosto el veredicto después de que el preso apelara la condena en segunda instancia.
Según la Corte, Schellenberg, arrestado en 2014, «participó en actividades internacionales organizadas de tráfico de drogas y traficó con 222,035 kilos de metanfetaminas». «Las pruebas eran fiables y suficientes, la condena fue certera, la sentencia fue adecuada», confirmó el Tribunal.
El ministro de Exteriores canadiense, Marc Garneau, se pronunció para «condenar duramente la decisión de China de mantener la sentencia de pena de muerte». «Hemos expresado repetidas veces nuestra firme oposición a este castigo cruel e inhumano», agregó el político.
La Unión Europea (UE) quiso apoyar a Canadá y el Alto Representante de la Política Exterior del bloque, Josep Borrell, recordó que la UE «se opone a la pena de muerte en todas circunstancias» y aseguró que esta «representa una negación inaceptable de la dignidad humana».
Canadá acusa a China de «diplomacia de rehenes»
El caso de Schellenberg se encuentra ahora en el centro de una disputa diplomática entre Beijing y Ottawa. Canadá acusa a China de llevar a cabo una «diplomacia de rehenes» y de querer presionar a las autoridades canadienses para no extraditar a la ejecutiva de Huawei, la china Meng Wanzhou, que fue arrestada en el país norteamericano.
Meng fue detenida en el aeropuerto de Vancouver en diciembre de 2018 bajo una orden de captura de Estados Unidos. Está acusada de engañar al banco HSBC Holdings Plc sobre los negocios de Huawei con Irán y presuntamente provocar que la entidad financiera violara las sanciones del Gobierno estadounidense contra Irán.
Desde entonces, Meng se encuentra en arresto domiciliario en Canadá, esperando una decisión sobre su extradición a Estados Unidos. Precisamente, su proceso judicial entró esta semana en la recta final de audiencias antes de que se tome una decisión.
El Gobierno canadiense asegura que la sentencia contra Schellenberg es una represalia por el arresto de la ejecutiva. Inicialmente, Schellenberg había sido condenado a 15 años de prisión, pero su sentencia cambió a la pena de muerte apenas un mes después de que Meng fuera detenida.
Asimismo, otros dos canadienses también están entre rejas en China esperando una condena: el empresario Michael Spavor y el diplomático Michael Kovrig, quienes fueron arrestados pocos días después de que Meng terminara en manos de las autoridades de Canadá.
Sin embargo, China ha reiterado que ninguno de estos casos tiene conexión con el escándalo empresarial y diplomático de la ejecutiva de Huawei. Un portavoz del Ministerio de Exteriores chino recordó que «el caso de Schellenberg tiene una naturaleza totalmente distinta del de Meng». «Los que unen los dos casos tienen motivos ocultos», criticó.
Spavor está acusado de espionaje y se sometió a un juicio en marzo de este año, aunque todavía no se conoce la sentencia, que se espera que se haga pública próximamente.
Kovrig también fue a juicio en marzo y tampoco se sabe la condena a la que será sometido.
Con EFE y Reuters