José vive en Alto Manhattan desde 2004, año en que dejó San Francisco de Macorís, su ciudad natal, en medio de la crisis económica asociada a la quiebra de varias entidades financieras.

Contable de profesión, con una licenciatura también en Derecho, ha tenido que realizar otros oficios debido a la barrera del idioma para la convalidación académica. La pandemia del covid-19 le hizo suspender sus labores en una tienda de diseño de ropa que montó en 2017.

“Hemos tenido algunos beneficios por cerrar, hemos tenido lo que aquí se llama ‘La colecta’, con la que nos hemos beneficiado a medias (…), más el plan de rescate económico que ejecutaron a nivel federal. Hemos sobrevivido a lo que había, y estamos todavía vivos, pero la situación está muy difícil aquí, en Manhattan”.

La colecta, como algunos inmigrantes dominicanos nombran el estímulo económico aprobado por la gestión de Donald Trump para ayudar a las personas durante la crisis del covid-19, aporta hasta US$1,200 semanales a un beneficiario. José ha podido recibirlos, pero les resultan insuficientes para cubrir todos sus gastos.

“Han habido otros ingresos, como lo que uno tenía de ahorro…”

Como pequeño empresario, mantiene la esperanza de que su negocio, FCO Tailor Shop, pueda recuperarse poco a poco tras los planes de reactivación económica puestos en marcha por el estado de Nueva York.

El Dinero.com

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