Por Frank Valenzuela
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha asumido la responsabilidad de replantear su dinámica de funcionamiento, su visión partidaria y su estructura interna tras enfrentar sucesivas derrotas electorales después del año 2020. Estas pérdidas significativas evidenciaron debilidades internas y desconexión con la base y la sociedad, lo que llevó a la necesidad imperante de reestructuración y fortalecimiento. Como respuesta estratégica, se decidió adelantar la fecha del congreso ordinario y convocar al X Congreso Ordinario Reinaldo Pared Pérez, en ese contexto, del 28 de septiembre al 03 de octubre de 2024 se realizaron plenarias para revisar los estatutos del partido. Este congreso se realiza con el propósito de revitalizar la organización, adaptarla a las nuevas realidades políticas y sociales del país, y recuperar la confianza del electorado dominicano.
En contraste, el IX Congreso Ordinario José Joaquín Bidó Medina, realizado el 19, 20 y 21 de diciembre de 2020, había aprobado los estatutos anteriores. Sin embargo, los acontecimientos posteriores demostraron que dichos estatutos no eran suficientes para afrontar los desafíos actuales. Por ello, el reciente congreso se ha enfocado en implementar cambios profundos en la estructura y funcionamiento del partido, buscando no solo corregir debilidades internas sino también fortalecer los pilares ideológicos y operativos que históricamente han definido al PLD.
Uno de los ejes centrales de los nuevos estatutos es el reforzamiento del Bochismo como teoría oficial del partido. No obstante, se ha dado un paso más allá al enfatizar la necesidad de una formación política integral para todos los miembros dirigentes. Esto implica no solo la difusión del pensamiento del profesor Juan Bosch, sino también la capacitación en áreas como economía, sociología, política internacional y habilidades prácticas necesarias en el quehacer político moderno. La inclusión de este enfoque integral busca preparar a la militancia para enfrentar los retos contemporáneos con una visión amplia y actualizada.
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) reafirma que su razón de ser es completar la obra iniciada por Juan Pablo Duarte y los Trinitarios, fortaleciendo valores fundamentales como la democracia, la libertad, la justicia social y la inclusión. Su objetivo es promover el desarrollo integral de la República Dominicana a través de un ejercicio ético desde la dirección del Estado, comprometido con la transparencia y la honestidad. El PLD busca servir al pueblo dominicano, impulsando políticas y acciones que mejoren la calidad de vida de todos los ciudadanos, fomentando la participación activa de sus miembros en la construcción de una sociedad más justa, equitativa y solidaria.
Los nuevos estatutos establecen con firmeza que la lealtad partidaria es un pilar fundamental e innegociable para todos sus miembros. Al incorporar como requisito esencial la «demostrada y probada lealtad al Partido», el PLD envía un mensaje claro y contundente: solo aquellos comprometidos inquebrantablemente con los ideales y objetivos de la organización tienen cabida en sus filas. Esta disposición no solo refuerza la unidad interna y la disciplina, sino que también fortalece la integridad y cohesión necesarias para enfrentar los desafíos políticos actuales. Al definir con precisión las categorías de membresía—distinguiendo entre «Miembro Militante» y «Miembro»—se establece una estructura organizativa más sólida, donde cada afiliado entiende sus responsabilidades y el valor supremo de su compromiso con el partido. En tiempos donde la fidelidad ha sido puesta a prueba, este énfasis en la lealtad es un llamado potente a la unión y a la defensa ferviente de los principios que han guiado al PLD desde su fundación.
La educación y formación política de los miembros se ha institucionalizado como un requisito obligatorio. Los dirigentes, especialmente aquellos en posiciones clave como los miembros de los comités intermedios y de base, deben participar en ciclos de formación avalados por la Secretaría de Formación Política. Esta medida garantiza que la militancia esté preparada y alineada con los objetivos estratégicos del partido, promoviendo líderes competentes y comprometidos con los valores y la misión del PLD.
La ética ha cobrado una relevancia destacada en los nuevos estatutos. Se han incorporado cláusulas que exigen a los miembros someter su vida pública y privada a normas de transparencia, honestidad y ética. Esto responde a la necesidad de recuperar la confianza del electorado y posicionar al PLD como una organización comprometida con los valores fundamentales de la democracia y la justicia social. La implementación de un código ético riguroso busca garantizar que los miembros actúen de manera coherente con los principios del partido.
En respuesta a los avances tecnológicos y la necesidad de modernización, se ha consolidado el concepto del partido electrónico. Los nuevos estatutos detallan el compromiso de migrar procesos manuales a plataformas digitales, desarrollando una infraestructura tecnológica que permita una gestión más eficiente y transparente. Esta transformación facilitará la comunicación interna, la participación de la militancia y el manejo de información estratégica, adaptándose a las exigencias de un mundo cada vez más digitalizado. La modernización tecnológica es esencial para conectar con las nuevas generaciones y responder eficazmente a los desafíos actuales.
Uno de los cambios más significativos es la reducción del porcentaje de miembros del Comité Central designados por el Comité Político, pasando del 10% al 5%. Esta modificación democratiza la estructura interna, otorgando mayor poder de decisión a las bases y asegurando que la composición del Comité Central refleje verdaderamente la voluntad de la militancia. Se establece, además, que los miembros escogidos por cuota no podrán postularse a cargos orgánicos por elección hasta pasados dos años, evitando así la acumulación de poder y promoviendo la renovación constante.
Los requisitos para ser miembro del Comité Político y del Comité Central han sido actualizados y reforzados. Para el Comité Político, se exige ahora ser elegido con al menos el 33% del voto personal y secreto de los miembros del Comité Central y cumplir con criterios específicos de experiencia y trayectoria dentro del partido. Para el Comité Central, se amplían las oportunidades de participación al incluir nuevos criterios, como haber sido activista nacional, subsecretario o coordinador de corrientes gremiales, siempre y cuando se demuestre una lealtad y capacidad probadas. Estos cambios buscan asegurar que los líderes tengan un compromiso sólido y una preparación adecuada.
En cuanto a la estructura provincial, los comités intermedios y los comités de base, se han implementado cambios que buscan optimizar su funcionamiento. Los comités de base ahora requieren un mínimo de 9 y un máximo de 20 miembros, facilitando una gestión más ágil y eficiente. Los comités intermedios, por su parte, reducen su tamaño y establecen la obligatoriedad de formación para sus dirigentes. Además, su funcionamiento estará organizado alrededor de los recintos electorales y se introduce la figura de los Bloques o Cuadrantes de Comités Intermedios, permitiendo una mejor coordinación territorial y adaptabilidad a las realidades geográficas y políticas de cada demarcación. Estas modificaciones fortalecen la presencia del partido a nivel local y mejoran la operatividad en los procesos electorales.
Las nuevas responsabilidades asignadas a los miembros del Comité Central son otro aspecto clave de las reformas. Ahora, estos miembros deben coordinar los trabajos en sus respectivos colegios electorales y supervisar hasta diez comités intermedios en su jurisdicción. Esta asignación de funciones específicas fortalece el compromiso de los dirigentes con el partido y garantiza una presencia activa en los procesos electorales y organizativos. Se busca así una mayor involucración de los líderes en el trabajo de base, esencial para el éxito electoral.
La transparencia se ha reforzado mediante la creación de la figura del Contralor del Partido, encargado de supervisar el uso de los recursos financieros y asegurar el cumplimiento de las leyes de financiamiento político. El secretario general, además, tiene la obligación de presentar informes financieros trimestrales al Comité Central, promoviendo una cultura de rendición de cuentas y gestión responsable de los fondos partidarios. Estas medidas aumentan la confianza interna y externa en la gestión financiera del partido.
Se ha puesto un énfasis especial en la inclusión y participación de la juventud. Los estatutos establecen mecanismos para asegurar que la Secretaría de la Juventud en las diferentes estructuras esté ocupada por miembros que cumplan con el rango de edad adecuado. Esto garantiza la renovación generacional y la incorporación de nuevas ideas y energías al partido. Al fomentar la participación juvenil, el PLD busca mantenerse relevante y en sintonía con las necesidades y aspiraciones de las nuevas generaciones.
Los nuevos estatutos hacen un profundo énfasis en la disciplina como elemento clave para el fortalecimiento y cohesión interna del partido. Se han implementado cláusulas que refuerzan la importancia de que todos los miembros cumplan estrictamente con las normas y principios establecidos, promoviendo la unidad y evitando acciones que puedan perjudicar la integridad de la organización. La creación y fortalecimiento de órganos disciplinarios, como el Tribunal Nacional de Disciplina y Ética y la figura del Fiscal Nacional, garantiza que cualquier infracción sea manejada con seriedad y justicia, asegurando el respeto a la institucionalidad y fomentando una cultura de compromiso y responsabilidad entre todos los militantes.
En el ámbito electoral, los estatutos actualizados establecen que los candidatos a cargos electivos serán escogidos conforme a la Ley No. 33-18, asegurando la legalidad y transparencia de los procesos internos. La conformación de la Comisión Nacional Electoral y las comisiones municipales electorales se ha detallado para garantizar una gestión adecuada y supervisada por la Junta Central Electoral. Esto asegura procesos electorales internos más democráticos y alineados con las normativas nacionales.
La transición ordenada de estos cambios se ha asegurado mediante disposiciones transitorias que reconocen la experiencia de líderes históricos y establecen procedimientos claros para la implementación de las reformas. Se garantiza así la continuidad en la dirección del partido mientras se promueve la renovación y adaptación necesarias. Este equilibrio entre experiencia y renovación es fundamental para el fortalecimiento institucional del PLD.
El compromiso con la autodeterminación y autorregulación se ha reafirmado, otorgando al partido la capacidad de decidir sobre sus métodos de elección y organización interna. Esto fortalece la autonomía y cohesión del PLD, permitiendo una adaptación más efectiva a las necesidades y desafíos específicos que enfrenta. La capacidad de autorregulación es esencial para mantener la unidad y disciplina interna.
La adopción de un lenguaje inclusivo en los estatutos refleja una sensibilidad hacia la equidad de género y la inclusión de todos los miembros del partido. Se reconoce la importancia de la participación activa de mujeres y hombres en igualdad de condiciones, promoviendo una cultura organizacional más justa y representativa. Este enfoque inclusivo fortalece la democracia interna y refleja los valores de igualdad y respeto.
En resumen, el X Congreso Ordinario Reinaldo Pared Pérez ha marcado un hito en la historia del PLD, implementando cambios profundos y estratégicos en respuesta a las derrotas electorales pasadas y a las demandas de una sociedad en constante evolución. Estos nuevos estatutos no solo modernizan al partido, sino que también lo preparan para enfrentar con éxito los retos políticos futuros. La reorganización interna y el fortalecimiento de sus estructuras posicionan al PLD como una organización capaz de liderar y promover el desarrollo nacional.
Para los miembros y simpatizantes del PLD, estas reformas representan una oportunidad para revitalizar el compromiso con los ideales fundacionales y participar activamente en la construcción de un partido más fuerte, ético y eficiente. Es un llamado a la unidad y al trabajo conjunto para recuperar la confianza de la ciudadanía y posicionarse nuevamente como una fuerza política relevante en la República Dominicana. La participación activa de la militancia es clave para el éxito de estas transformaciones.
El Bochismo, la ética, la formación política integral y la modernización tecnológica son pilares fundamentales en esta nueva etapa del PLD. Al fortalecer estos aspectos, el partido no solo honra su legado histórico sino que también se proyecta hacia el futuro con una visión clara y renovada. La combinación de tradición y modernidad es esencial para mantener la relevancia en el escenario político actual.
La implementación de un partido electrónico y la incorporación de tecnología en los procesos internos facilitan la participación y agilizan la comunicación, adaptando al PLD a las exigencias del siglo XXI. Esta modernización es esencial para conectar con las nuevas generaciones y responder eficazmente a los desafíos actuales. La utilización de herramientas digitales mejora la eficiencia organizativa y la capacidad de movilización.
Finalmente, la transparencia y la rendición de cuentas se consolidan como valores esenciales, garantizando una gestión responsable y ética de los recursos y las decisiones. Estos cambios fortalecen la confianza interna y externa en el partido, sentando las bases para un liderazgo legítimo y comprometido con el bienestar del pueblo dominicano. La integridad en la gestión es fundamental para recuperar y mantener el apoyo ciudadano. El Partido de la Liberación Dominicana, a través de estos profundos cambios estatutarios, demuestra su capacidad de adaptación y renovación. Este proceso es fundamental para su supervivencia y relevancia política, asegurando que pueda continuar siendo un instrumento eficaz al servicio de los intereses y aspiraciones del país. La renovación del PLD es un paso decisivo hacia el fortalecimiento de la democracia dominicana y el logro de un futuro más próspero para todos.