Fernando Tatis Jr. y Francisco Lindor tienen muchos puntos en común. Ellos no solo comparten posición, las paradas cortas, sino que son dos de los jugadores más reconocibles de las Grandes Ligas del béisbol estadounidense.
El talento defensivo y ofensivo de ambos, y su coeficiente beisbolero, muy por encima del promedio, son parte de los atributos que les colocan en la cima de la cadena alimenticia de las Mayores, pero también su proyección estética, juega un papel importante en esta era de redes sociales donde los deportistas necesitan habilidades y carisma para venderse mejor y atraer al público joven en un deporte que dado sus rígidos patrones de conducta pierde espacio con otras disciplinas más ajustadas a los códigos del siglo XXI.
A pesar de ser más joven y apenas jugar 143 partidos en dos temporadas, Tatis Jr., (22 años), tiene parte de la batalla ganada con su contraparte tras firmar un multimillonario acuerdo con los Padres, valorado en $340 millones y que lo ata a San Diego hasta la temporada de 2034 (14 campañas).
El megapacto del dominicano, hijo del expelotero de Grandes Ligas Fernando Tatis, es el tercero de mayor valor en las Grandes Ligas, únicamente superado por el de Mike Trout ($426.5 millones por 12 años con Los Angeles Angels, firmado en 2019) y Mookie Betts ($365 millones por 12 años con Los Angeles Dodgers, rubricado en 2020).
Que los Padres hayan desembolsado semejante cantidad de dinero por un pelotero que todavía no jugado los 162 juegos que contempla una campaña regular de MLB, habla de su impacto desde que pisó un terreno de ligas mayores.
En 143 juegos, Tatis Jr. exhibe una línea ofensiva de .301 AVE/.374 OBP/.582 SLUG. Traduciéndolo al lenguaje coloquial: promedia por encima de 300, de 10 veces que va al bate se embasa casi cuatro veces, y su productividad está por encima del sobresaliente (.550 SLUG) de acuerdo a los parámetros sabermétricos.
Pero se los pongo más sencillo, Tatis Jr. ha pegado 39 jonrones en 143 juegos, 168 hits, impulsado 98 y anotado 111. Sin dudas un superdotado que, además, ha sido el jugador más joven (22 años) en ser la portada de MLB The Show 21, desde que el videojuego se estrenó en 2006.
Tatis Jr. ha conseguido mucho en poquísimo tiempo. Y será natural que su grado de responsabilidad aumente en un equipo de Padres que está construido para ganar la Serie Mundial. Aunque tendrá que lidiar en la Liga Nacional con unos poderosos Dodgers, vigentes monarcas de la Serie Mundial, y que cuentan con un trabuco similar o superior al de San Diego. Eso quitará algo de presión a unos Padres que desde el play ball del 1 de abril no saldrán como los favoritos a ganar la Liga Nacional.
Resulta obvio que Tatis Jr. deberá justificar su salario que según estimados, será de $46 por minuto; $2,810 por hora; $67,460 al día; $2.023,809 al mes y $24.285,714 al año. Pero en un equipo donde confluyen peloteros experimentados de la talla de Manny Machado, Eric Hosmer, Yu Darvish y Blake Snell, es poco probable que los índices apunten con saña a Tatis Jr en caso de un desempeño colectivo inesperado.
La otra cara de la moneda
Se especulaba que Paquito Lindor sería uno de los primeros peloteros en acercarse o superar la barrera de los $400 millones en un contrato. Ya lo hizo Trout y en un mercado tan afectado por causa de la pandemia de COVID-19 que azota al mundo, Lindor es poco probable que lo logre.
En este aspecto le tocó perder a Lindor. Los equipos ahora suelen ser más quisquillosos para soltar el billete. Podría argumentarse que a Tatis Jr. le firmaron en la misma circunstancia, pero sus 22 años y el control que ejercerá San Diego en sus años pico bien vale la pena el desembolso.
A los 27 años, Lindor es un pelotero hecho. En su prime y golpeará la agencia libre en el próximo año. De su desempeño con su nuevo equipo, New York Mets, dependerá hasta cuánto podrá estirar la cuerda para conseguir un contrato multianual por encima de los $300 millones.
Guste o no, Lindor no tiene nada garantizado como sí lo tiene Tatis Jr. Como dice el refrán: «Vale más pájaro en mano que cien volando».
No quisiera invocar la mala suerte, pero una lesión podría arruinar todos los planes del puertorriqueño, único jugador con acuerdo de colaboración que incluye la primera línea de ropa, calzado y accesorios personalizados de béisbol en la historia de New Balance.
Además, el escenario de Queens no ha sido el mejor para los peloteros boricuas. Al menos existe una percepción generalizada de que no rinden al nivel que se espera de ellos. El último en desentonar fue el cerrador Edwin Díaz. Contra esto tendrá que lidiar Lindor que dijo en la conferencia de presentación con su nuevo equipo que «sé que hay una gran presión de jugar en New York. Es un mercado grande. Me siento bendecido de poder jugar este juego hoy en día. Me siento como un niño pequeño. Voy a ser Francisco Lindor, voy a ser yo. Espero que a la gente le guste eso. Voy a disfrutarlo».
Los números ofensivos de Lindor a lo largo de seis campañas .285/.346/.488, junto a su maestría defensiva en las paradas cortas, le han valido no solo para recibir votos para el premio de Jugador Más Valioso en cuatro campañas, ser All Star en cuatro ocasiones y ganar dos veces el Guante de Oro en la Liga Americana, sino para estar en la conversación sobre quiénes son los peloteros que recibirán los contratos más grandes en el futuro cercano.
Lindor llegó a Queens para ganar. Los Mets no conquistan la Serie Mundial desde 1986. Y para 2021 cuentan con un equipo sólido, que puede competir, pero que está por detrás -al menos en el papel- que Dodgers y los Padres de Tatis Jr.
Con la sanción por dopaje de Robinson Canó, Lindor se convierte en el referente de los jugadores de posición y por despeje matemático, en el principal blanco de las críticas de los incisivos medios de la Gran Manzana, en nada parecidos a los «dóciles» medios de San Diego, si algo no llegara a funcionar en la maquinaria ofensiva de los Mets.
Desde cualquier ángulo que se vea, Francisco Lindor tendrá más presión y más que demostrar en la temporada 2021 que su colega Fernando Tatis Jr.
ESPN