Cuando los New York Mets pongan en marcha sus entrenamientos primaverales la próxima semana, uno de los grandes ausentes en el Clover Park de Port St. Lucie, Florida, será el dominicano Robinson Canó.
El intermedista, ocho veces Todos Estrellas de 38 años, estará fuera de acción todo el verano de 2021, cumpliendo una segunda suspensión por violar el programa antidopaje de las Grandes Ligas. Y fuera, realmente significa fuera.
«Canó no puede jugar en Grandes Ligas, pero tampoco en las ligas menores ni en una liga de Asia o México ni en una liga independiente. Básicamente, solo puede hacerlo en la liga invernal de su país», dijo a ESPN Digital una fuente cercana a la Asociación de Peloteros de Grandes Ligas (Mlbpa).
«En general, permitimos que los jugadores que están suspendidos bajo el programa de drogas estén en el estadio con fines de entrenamiento si el club y el jugador lo desean», agregó Michael Teevan, vicepresidente de comunicaciones de la oficina del comisionado (MLB).
«El jugador no puede estar en el campo una vez que se abran las puertas al público. No puede llevar uniforme a la hora del juego. Permitimos a los jugadores continuar haciendo ejercicio en las instalaciones del club, entrenar y perfeccionar su juego durante una suspensión», agregó el portavoz.
El pasado 18 de noviembre, el comisionado Rob Manfred informó que Canó fue suspendido por segunda vez en su carrera por dar positivo a estanozolol, un esteroide anabólico. Canó ya había sido sancionado con una suspensión de 80 juegos en mayo de 2018, cuando jugaba con los Seattle Mariners, tras dar positivo por furosemida, un diurético que algunos deportistas emplean para encubrir el consumo de otras sustancias.
Un segundo resultado positivo automáticamente saca al jugador del terreno por 162 juegos, el equivalente de una temporada completa de las ligas mayores. Dicho eso, Canó no recibirá un solo centavo del salario de $24 millones para 2021 que establece el contrato de 10 años y $240 millones que firmó con los Mariners en diciembre del 2013.
Los Mets todavía tendrán que pagar $48 millones por las últimas dos temporadas (2022 y 2023) del acuerdo que heredaron cuando adquirieron a Canó desde Seattle en diciembre del 2018.
Canó se reportó a las Estrellas Orientales de la Liga Dominicana de Béisbol Profesional (Lidom) para los encuentros finales de la temporada invernal y posteriormente acompañó, en calidad de refuerzo, a las campeonas Águilas Cibaeñas a la Serie del Caribe que se jugó en Mazatlán, México, la semana pasada.
Las Águilas ganaron sus siete encuentros en México para llevar a República Dominicana el segundo título caribeño consecutivo y el número 21 de todos los tiempos.
Canó, quien bateó de 20-7 y fue escogido en el equipo ideal de la serie, estuvo entre los miembros del conjunto campeón invitados al palacio nacional por el presidente Luis Abinader.
«Pasarlo en familia, dedicarme a mis hijos y seguir preparándome físicamente para la próxima liga invernal y la próxima temporada de Grandes Ligas», dijo Canó el miércoles al programa radial Grandes en los Deportes (92.5 FM) sobre como planea usar todo el tiempo que tendrá disponible antes de volver a ponerse un uniforme de Grandes Ligas.
«Se me han acercado muchas personas, pero no es algo que he tomado en cuenta. Ya luego pensaré sobre el particular», sostuvo Canó sobre la posibilidad de intentar jugar en algún lugar para mantenerse en forma.
El Programa Conjunto de Drogas de MLB y la MLBPA, que fue revisado en el 2014, establece que una primera violación resultará en una suspensión sin pago de 80 juegos. La segunda infracción de un jugador resultará en una suspensión no pagada de 162 juegos y la tercera en una suspensión permanente del béisbol.
Cualquier pelotero que sea suspendido por la violación del programa antidopaje no será elegible para participar en la postemporada durante la temporada en la que comienza su suspensión. Tampoco es elegible para asistir al Juego de Estrellas.
El punto tres del capítulo de suspensiones de la política antidopaje de Grandes Ligas reza:
«A un jugador suspendido por una violación del programa se le permitirá participar en entrenamientos primaverales y entrenamientos extendidos. No obstante lo anterior, cualquier jugador que no es elegible para la reinstalación de su suspensión dentro de los primeros cuarenta (40) juegos de la próxima temporada (que es el caso de Canó), tendrá prohibido participar en cualquier juego de entrenamiento primaveral de ligas mayores o de ligas menores en el que se vendan boletos».
Por otro lado, la MLB y la MLBPA debieron negociar una enmienda al sistema debido al caso del antesalista dominicoamericano Alex Rodríguez, un excompañero de Canó con los New York Yankees. Rodríguez disputó (y ganó) en un tribunal que los Yankees debían pagarle parte de su salario del 2014 ($25 millones, originalmente), pese a que fue suspendido por los 162 partidos de la temporada.
«A-Rod» logró cobrar cerca de $6 millones de dólares (un bono de $3 millones que estaba programado para enero, tres meses antes del día inaugural, y $2,9 millones del salario regular) debido a la discrepancia entre los juegos (162) y los días (183) que comprenden una temporada. A los peloteros de las ligas mayores se les paga sus salarios por días de duración de la temporada, no por los juegos de sus equipos.
Todo eso fue aclarado y desde entonces, un jugador suspendido por la temporada completa, debe renunciar a todo su salario del año. También debe quedar fuera del campo por el tiempo establecido.
Y eso es lo que tendrá que hacer Canó, al menos, hasta la próxima liga temporada invernal de su país. «Es lo que planeo. Estaré con las Estrellas desde temprano y ojalá podamos ganar el campeonato», apuntó.
ESPN