Por Frank Valenzuela
Manzanillo, Montecristi. . En medio de las turbulencias políticas que sacudieron la República Dominicana entre 1963 y 1965, un nombre civil logró reconocimiento silencioso pero firme entre los analistas de inteligencia, los diplomáticos y la prensa internacional: Rafael Abinader, destacado abogado, intelectual y dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), figura clave del respaldo civil al retorno constitucional tras el golpe de Estado contra Juan Bosch. Así lo confirman diversos cables desclasificados del Departamento de Estado, la CIA y reportajes de diarios influyentes como The New York Times, Le Monde, The Guardian y El País, que subrayaron su compromiso con la legalidad democrática.
El cable diplomático “Santo Domingo 845” (Embajada EE. UU., 3 de mayo de 1965) describe a Abinader como “uno de los pocos líderes civiles con autoridad moral y capacidad de negociación entre las diversas facciones democráticas”. En esos días, en los que las armas imponían su ley en las calles de Santo Domingo, Abinader sostenía reuniones constantes con representantes de la OEA, según confirmó el memorando interno del Departamento de Estado (FRUS 1964-68, vol. XXXII, doc. 53), donde se le cita como “una voz moderada, consistente en su defensa del retorno a la constitucionalidad”.
En las crónicas de Thomas Szulc, publicadas por The New York Times (5 de mayo de 1965), Abinader aparece señalado como uno de los “puentes entre los constitucionalistas y el cuerpo diplomático”, aportando propuestas viables para evitar la profundización de la crisis y favorecer la mediación internacional. Del mismo modo, Le Monde (edición del 7 de mayo de 1965) destacó que su figura “goza del respeto de los sectores académicos y productivos, incluso entre aquellos que temen la radicalización del conflicto”.
Los reportes del Financial Times (Londres, 10 de mayo de 1965) valoraron la capacidad de Abinader para articular el discurso legalista en foros internacionales, subrayando su participación en la elaboración de propuestas dirigidas a la OEA para frenar la intervención armada y consolidar un gobierno provisional bajo garantías constitucionales. Estas gestiones fueron igualmente reconocidas por The Guardian, que en su cobertura del 11 de mayo citó a funcionarios británicos indicando que “el profesor Abinader es uno de los escasos líderes con visión de largo plazo en el escenario dominicano”.
En el contexto español, El País —en su retrospectiva de los 25 años del conflicto publicada en 1990— señaló que Abinader fue “una de las figuras que con más coherencia defendió la constitucionalidad y se opuso a las salidas de fuerza, manteniendo intacto el ideario de Bosch ante la presión militar y la intervención extranjera”. Este reconocimiento coincide con los archivos del Congressional Record de EE. UU. (acta del 15 de junio de 1965), donde varios senadores mencionaron las gestiones de “liderazgos civiles como Rafael Abinader” como elementos clave para mantener la esperanza de una solución política.
La CIA, en su informe situacional (DIR 89220, 20 de junio de 1965), describió a Abinader como “un actor político de relevancia en los canales secundarios de negociación”, aportando ideas para la creación de un gobierno de unidad que restableciera la Constitución de 1963 sin caer en el extremismo. Esta caracterización también aparece en las valoraciones de la oficina política de la OEA, en las cuales se reconoce que sus planteamientos fueron incluidos como puntos de discusión en varias sesiones de la Comisión de Paz.
Según el periodista Alan Riding, corresponsal de The New York Times en el Caribe durante esos años, Abinader “representaba la posibilidad de que la política civil pudiera resistir tanto a los golpistas locales como a la injerencia extranjera”, tal como se recoge en su libro Distant Neighbors: A Portrait of the Mexicans, que dedica un capítulo a las repercusiones regionales de la Revolución de Abril.
Esta visión también se reflejó en los archivos de la BBC de Londres, donde en un despacho radial del 9 de mayo de 1965 se informaba que “el constitucionalismo dominicano no está huérfano de liderazgos civiles, y uno de sus exponentes es el abogado Rafael Abinader, quien ha pedido con firmeza que la salida sea política y no militar”. Incluso en The Washington Post (12 de mayo de 1965), el nombre de Abinader es citado como parte de las “fuerzas moderadas que buscan reconstruir un orden democrático desde los escombros de la insurrección y la ocupación”.
Este reconocimiento internacional, documentado y sostenido por fuentes oficiales y periodísticas de primera línea, confirma el lugar que Rafael Abinader ocupa en la historia dominicana como uno de los civiles que, con inteligencia, principios y capacidad de diálogo, contribuyó a la defensa de la Constitución y de la posibilidad democrática frente a la oscuridad de las armas y la intervención extranjera.
Fuentes utilizadas:
- FRUS 1964-68, vol. XXXII, docs. 18-31, 52, 53.
- Cables “Santo Domingo” 845, 820, 835, 89220 (CIA Reading Room).
- Congressional Record, 15 de junio de 1965.
- The New York Times, 5 y 12 de mayo de 1965; reportajes de Thomas Szulc y Alan Riding.
- Le Monde, 7 de mayo de 1965.
- Financial Times, Londres, 10 de mayo de 1965.
- The Guardian, Londres, 11 de mayo de 1965.
- El País, Madrid, edición retrospectiva 1990.
- BBC World Service, archivo radial del 9 de mayo de 1965.
- The Washington Post, 12 de mayo de 1965.
- Informes CIA DIR 89220, OCI 1297/66.
- OEA/Ser.F/V.II-18 (1965).
- National Security Archive (nsarchive.gwu.edu).