Por Frank Valenzuela
En la penumbra de un atardecer manzanillero, la noticia del fallecimiento de José Sosa Báez, conocido cariñosamente como «El Chillo», se desliza como un suspiro entre las olas del dolor y la memoria. Con su carácter excepcional y su ternura desbordante, «El Chillo» fue un ser que pagaba por el silencio, permitiendo que su mirada hablara en un lenguaje callado y lleno de alma.
Su pasión por el deporte, especialmente por el softbol, se transformaba en una danza en el campo, donde cada lanzamiento y cada carrera eran versos de entrega y esperanza. El 10 de este mes, un fuego implacable en su hogar, en el sector Los Barracones, encendió una tragedia que dejó cenizas en el recuerdo de quienes lo amaron, como una llama cruel que arrebató su luz.
Las severas quemaduras que marcaron su cuerpo lo llevaron, en un viaje de desesperación, al Hospital HOMS en Santiago, donde el eco de la esperanza se vio ensombrecido por el dolor. Los Barracones, cuna de tantas historias y cicatrices, ha sido testigo de incendios que han borrado sueños y dejado a familias enteras sin consuelo, recordándonos la fragilidad de la existencia.
En su humilde rutina, «El Chillo» encontraba belleza en lo sencillo: su trabajo, el reencuentro con la casa materna y el regreso a su refugio se convertían en pequeños rituales de amor y perseverancia. Heredero de una estirpe venerada, la familia Sosa Báez fue pionera en Manzanillo; su padre fue testigo de la construcción de las primeras casas por la United Company o Grenada Company en los años cincuenta, legado que aún palpita en el pueblo.
En el vasto universo de Facebook, la red social se inundó de comentarios rebosantes de recuerdo, amor y tristeza, donde amigos y vecinos derramaron su dolor y gratitud por haber compartido la vida de «El Chillo».
Yesenia Santana escribió: «Mi Chillo, no puedo creer que te nos fuiste así tan fácil. No merecías lo que te pasó. Me acuerdo cuando me ponías hacerte sopa con la japonesa, cuando vivías con ella todas las noches. ¡Waaooo! Mi Chillo, nunca te olvidaremos. Paz a tu alma, ve con Dios.»
Higinio Peña expresó: «Hooo, Dios, qué noticia tan triste. Al saber que Chillo falleció, Manzanillo pierde a un buen hombre, gran amigo, vecino y hermano. Mis condolencias a la familia y paz a su alma.» Antonio Valdez manifestó: «Lamentando mucho la pérdida física de nuestro amigo y hermano, El Chillo. Conformidad para todos sus hermanos: Euríspide, Víctor, Clementina y demás familiares.»
Edward López relató: «Luego de estar bajo tratamiento médico en la ciudad de Santiago, Hospital HOMS, ha fallecido en la mañana de este domingo, José Juancito Sosa Báez, ‘El Chillo’, residente en Manzanillo, Montecristi. El pasado 10 de febrero, de manera accidental, recibió quemaduras en su cuerpo por un incendio que lo llevó a un estado de gravedad, registrándose el hecho en el sector Los Barracones de esta ciudad. Paz a su alma.»
Narciso Castro compuso un acróstico lleno de melancolía: «Chillo. Como si fue ayer te veía por la mañana. Hoy tenemos que lamentar tu deceso. Ignoraba cuando te veía que partirías rápido. La vida es un tránsito hacia otra dimensión. Lo único que te deseo es que descanses en paz. Oh, qué pena que no estarás entre los tuyos.» Por su parte, Yudelkis Rodríguez Espinal expresó: «Qué día más triste para todos los manzanilleros, porque la verdad sé que nos duele a todos tu partida, Chillo. No hay palabras en estos momentos de tanta tristeza. Mis más sinceras condolencias para toda la familia Sosa.»
Alexis Castillo declaró: «Waoooo, hermano, así te recordaremos siempre. Serás una leyenda manzanillera, un gran ser humano. Ve con Dios, mi querido amigo Chillo. Paz a tu alma y mucha conformidad para toda la familia.»
Edis Hernández lamentó con voz serena: «Triste noticia. Lamentamos informar el deceso de nuestro compueblano Juan Sosa, cariñosamente ‘El Chillo’. Nuestras condolencias a toda la familia Sosa. Paz a su alma.»
Alfredo Olivo Olivo expresó en un suspiro: «Hoy está de luto la bahía de Manzanillo. Ha fallecido nuestro amigo Juan Sosa, cariñosamente ‘El Chilló’. Mis condolencias para todas sus familias: María Sosa, José Sosa y todos los demás. Descansa en paz, amigo Juan, ‘El Chilló’.» Finalmente, Alejandro concluyó: «Se nos fue una joya. Descansa en paz, mi amado tío Chillo; la falta que nos harás no la llenará nadie jamás. Siempre te recordaremos con esa sonrisa. Te amamos mucho, mi tío, hoy y siempre.»