Ministerio de Administración Pública se extralimita en sus funciones y exige recibos de pago de servicios públicos a empleados.
Santo Domingo, D.N. – En una nueva muestra de lo que parece ser una confusión de roles y una preocupante tendencia a la intromisión en la vida privada de los ciudadanos, el Ministerio de Administración Pública (MAP) ha emitido una circular que ha dejado a más de uno con la boca abierta. En un giro inesperado que raya en lo absurdo, el MAP, organismo encargado de la gestión de recursos humanos del Estado, ha decidido asumir funciones que, por lógica y ley, corresponden a las empresas prestadoras de servicios públicos.
La circular No. 018031, con fecha del 31 de octubre de 2024, exige a todos los empleados públicos la presentación de recibos de pago de luz y agua. Sí, han leído bien, ¡recibos de luz y agua! Al parecer, el MAP, en su afán de «mejorar la calidad de los servicios públicos», ha decidido convertirse en una especie de cobrador de deudas a domicilio.
La medida ha generado una ola de críticas y burlas en las redes sociales, donde los usuarios se preguntan si el MAP también empezará a revisar los estados de cuenta bancarios y las facturas del supermercado de los empleados públicos. «¿Qué sigue?», se preguntan con ironía, «¿pedirán también el historial de compras en Amazon?».
Expertos en derecho constitucional han advertido que la circular del MAP viola flagrantemente el derecho a la intimidad de los ciudadanos, consagrado en el artículo 44 de la Constitución. «El pagar o no la luz de tu casa no tiene que ver con la función pública, es un servicio particular», ha señalado el abogado Juan Castillo Pantaleón.
Cabe recordar que las funciones del MAP, según su propia definición, se centran en la profesionalización de la administración pública, la gestión de recursos humanos y el fortalecimiento institucional. ¿Dónde encaja en todo esto la recolección de recibos de luz y agua? Es una pregunta que el ministro Sigmund Freund debería responder.
La circular del MAP no solo es absurda e inconstitucional, sino que también refleja una preocupante falta de enfoque en las verdaderas prioridades del país. Mientras la delincuencia, la inflación y la falta de oportunidades azotan a la población, el gobierno parece más preocupado por saber si los empleados públicos están al día con sus facturas de servicios básicos.
Es hora de que el gobierno deje de lado estas ocurrencias y se concentre en resolver los problemas reales que afectan a los dominicanos. La gestión pública no se trata de controlar la vida privada de los ciudadanos, sino de servir al pueblo y garantizar sus derechos.
El MAP debería enfocarse en mejorar la eficiencia del Estado, combatir la corrupción y promover la transparencia, en lugar de perder el tiempo en tareas que no le corresponden. La ciudadanía espera resultados concretos, no medidas absurdas que solo generan indignación y desconfianza.
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