Ciudad del Vaticano, 31 de Octubre – El Papa Francisco ha expresado su profunda consternación y dolor por la escalada de violencia en el Medio Oriente, condenando enérgicamente la muerte de 14 niños y numerosos civiles inocentes en los recientes ataques.
Durante su alocución al final de la audiencia general en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre manifestó: «La guerra está aumentando. Ayer vi que fueron ametralladas 150 personas inocentes. ¿Qué tienen que ver con la guerra los niños, las familias? Son las primeras víctimas. Nadie gana en una guerra; todos pierden».
El Papa hizo referencia a las jornadas más sangrientas vividas recientemente en Gaza, donde según la Protección Civil palestina, 770 personas han sido asesinadas en los últimos 19 días. Los ataques más recientes incluyen el bombardeo de una decena de viviendas en la zona de Manara, al sur de Khan Yunis, que resultó en la trágica muerte de 14 niños, seis de los cuales pertenecían a la misma familia.
«Es inadmisible que los niños y las familias sufran las consecuencias de conflictos que no han provocado. Debemos recordar que cada vida perdida es un mundo destruido», afirmó el Pontífice, enfatizando la urgencia de proteger a los más vulnerables en medio de los enfrentamientos.
El Santo Padre también mencionó otros territorios afectados por la guerra y la violencia, incluyendo Ucrania, Myanmar y el Nord Kivu, haciendo un llamado a la comunidad internacional para que tome medidas efectivas que pongan fin a las hostilidades. «Oremos por la paz. La paz es un don del Espíritu, y la guerra es siempre, siempre, siempre una derrota», insistió.
Este pronunciamiento se suma a los continuos esfuerzos del Papa Francisco por promover el diálogo y la reconciliación en zonas de conflicto. Su mensaje es un recordatorio contundente de la necesidad de buscar soluciones pacíficas y de salvaguardar la dignidad humana por encima de cualquier diferencia política o ideológica.