La región europea «tiene una tasa de crecimiento potencial decepcionante», y, analizando el mediano plazo, eso no está cambiando, valoró el director del Departamento Europeo del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alfred Kammer, resumiendo su recién publicado informe ‘Perspectivas económicas europeas’.
Los expertos del FMI prevén que la tasa de crecimiento del PIB en la UE será de solo el 1,7 % este año y del 1,7 % en 2025, frente al 1,5 % del año 2023. Mientras tanto, para China se pronostican valores del 4,8 % (2024) y el 4,5 % (2025) frente al 5,2 % (2023); y en Estados Unidos es previsible una leve desaceleración: el 2,8 % (2024) y el 2,2 % (2025) frente al 2,9 % (2023).
Kammer ve la baja productividad y el insuficiente capital accionario en los países de Europa central y oriental como las principales razones de que toda Europa esté muy detrás de EE.UU. en el índice de ingreso per cápita. Tiene un «sorprendente» valor promedio un 30 % más bajo que el registrado en el país norteamericano «y la brecha se ha mantenido sin cambios durante dos décadas», afirmó en una rueda de prensa esta semana. Recordó también que a principios del siglo XXI «esa brecha no existía».
Tanto el gerente regional, como el propio informe destacan ante todo la fragmentación de mercados como un obstáculo clave para que las empresas europeas crezcan. «En segundo lugar, Europa no tiene escasez de ahorros, pero sus mercados de capital no los proporcionan para impulsar a las empresas jóvenes y productivas», dijo el funcionario, agregando que «Europa carece de mano de obra cualificada donde se la necesita».
Kammer enfatizó también el impacto del «gran ‘shock’ de precios de la energía inducido por Rusia». A su juicio, es realmente la principal razón «por la que Europa tiene un mal desempeño». En especial, Alemania se vio muy afectada por este cambio, debido al consumo intensivo de energía por su industria.
En medio de las sanciones europeas impuestas contra Rusia, en septiembre del mismo año se produjo el sabotaje a los gasoductos Nord Stream 1 y 2, complicando los suministros de gas ruso al bloque. La investigación de las explosiones en el fondo del mar Báltico fue abandonada en varios países europeos y no ha concluido hasta el momento en Alemania.