El gobierno ha presentado finalmente la esperada y controvertida reforma fiscal, cuyo objetivo principal es aumentar el gasto público en lugar de reducir la deuda o cambiar el modelo económico según lo estipulado en la Estrategia Nacional de Desarrollo. El reconocido economista, profesor de la Universidad de Harvard y vicepresidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Ariel Jiménez, advierte que esta reforma implica mayores impuestos para las familias dominicanas, especialmente la clase media, para financiar gastos improductivos que podrían ser eliminados.
Jiménez señala que si el gobierno mantuviera los gastos corrientes en los niveles del año 2019, especialmente aquellos relacionados con nóminas no esenciales, subsidios ineficientes y gastos superfluos en publicidad y eventos, no sería necesario implementar la reforma fiscal propuesta. «Reduciendo estos gastos improductivos, podríamos ahorrar más de 205 mil millones de pesos, evitando por completo la necesidad de nuevos impuestos», afirma el economista.
Impacto en el presupuesto familiar
La familia dominicana promedio enfrentará un aumento significativo en sus gastos debido a la reforma. Se estima que gastará alrededor de 21,861 pesos más en compras de supermercado el próximo año. Productos básicos como la carne de cerdo, la carne de res, el café y diversos víveres estarán gravados con un 18% de ITBIS. Además, las bebidas azucaradas, como el jugo de naranja y la malta, tendrán un mayor impuesto selectivo, al igual que las bebidas alcohólicas.
Carga adicional para la clase media
Esta reforma representa un duro golpe para la clase media dominicana. Una familia de este segmento verá incrementos en sus gastos de entre 54,844 y 103,865 pesos al año solo por los nuevos impuestos. Esto equivale a un aumento mensual de entre 4,570 y 8,655 pesos, lo que supone hasta un 15% de reducción en su poder adquisitivo. «El gobierno está solicitando a la clase media que entregue 1 de cada 7 pesos que con tanto esfuerzo gana», subraya Jiménez.
Impacto en los sectores de menores ingresos
Los sectores de menores ingresos también se verán afectados. Aunque el impacto monetario es menor en términos absolutos, proporcionalmente representa una carga significativa para estas familias. «Estamos perjudicando a quienes menos tienen, encareciendo productos básicos y servicios esenciales», advierte el economista.
Aumento de impuestos en propiedades y vehículos
Miles de familias que actualmente no pagan el Impuesto a la Propiedad Inmobiliaria (IPI) deberán comenzar a hacerlo, desembolsando hasta 48,353 pesos al año. Adicionalmente, por cada vehículo en el hogar, se pagará entre 1,500 y 3,000 pesos adicionales por concepto de marbete. Un hogar con dos vehículos enfrentará hasta 6,000 pesos más en impuestos anuales.
Impuestos en servicios digitales y compras por internet
Los hogares que utilizan servicios digitales o realizan compras por internet enfrentarán impuestos adicionales de aproximadamente 3,191 pesos el próximo año. «Esto afecta directamente a quienes han adoptado nuevas tecnologías para educación, trabajo y entretenimiento», señala Jiménez.
Objetivo real de la reforma
El economista cuestiona la justificación gubernamental para implementar la reforma. «Esta reforma no busca reducir la deuda pública ni cambiar el modelo económico. Su objetivo principal es aumentar el gasto del gobierno en áreas que no son prioritarias ni eficientes», afirma. Entre los gastos improductivos identificados por Jiménez se encuentran:
Nómina pública no esencial: Aumento desproporcionado en cargos y salarios que no contribuyen directamente al bienestar social.
Subsidios al sector eléctrico: Pérdidas operativas que podrían reducirse mediante una gestión más eficiente.
Gastos en publicidad y eventos: Inversiones en propaganda y celebraciones que no generan un retorno significativo para la sociedad.
Desembolsos en viáticos y vehículos de lujo: Gastos superfluos que podrían eliminarse o reducirse considerablemente.
Alternativas para evitar la reforma fiscal
Como solución, Jiménez propone reducir los gastos corrientes improductivos a los niveles de 2019. «Si el gobierno decidiera ajustar la nómina pública no esencial, se podría evitar el incremento del ITBIS», explica. Además, sugiere que reducir las pérdidas del sector eléctrico permitiría disminuir el subsidio sin necesidad de aumentar impuestos.
Reducción en gastos de publicidad y eventos
El economista también señala que reduciendo a la mitad el gasto en publicidad gubernamental se podría evitar el aumento en los pagos del impuesto a la vivienda. «Eliminando los gastos en eventos y fiestas gubernamentales, se lograría cubrir el aumento del marbete sin afectar a las familias», añade.
Ahorro potencial de 205 mil millones de pesos
Jiménez estima que, en total, si el gobierno redujera los gastos improductivos, se generaría un ahorro de más de 205 mil millones de pesos, eliminando la necesidad de la reforma fiscal propuesta. «En lugar de tomar medidas responsables, han optado por la solución más fácil: trasladar el costo a la clase media», lamenta.
Combate a la evasión fiscal
Otra solución propuesta es combatir la evasión fiscal. «Reducir la evasión del impuesto sobre la renta de las empresas al promedio latinoamericano permitiría al gobierno recaudar casi la mitad de lo que espera con esta reforma. Si además se reduce la evasión del ITBIS, prácticamente no se necesitaría una reforma fiscal», asegura Jiménez.
Necesidad de replantear el debate
En su análisis, Jiménez enfatiza que la discusión debería centrarse en los objetivos reales de la reforma y en la eficiencia del gasto público. «No es cierto que esta reforma era inevitable. No al menos una que busca aumentar el gasto público a costa de las familias», afirma.
Impacto a largo plazo en las familias dominicanas
El economista advierte sobre las consecuencias a largo plazo. «Esta reforma no solo afecta el presente económico de las familias, sino también su capacidad de inversión y ahorro futuro», indica.
Llamado a la responsabilidad gubernamental
«Es momento de discutir mecanismos efectivos para reducir el gasto público improductivo y combatir la evasión fiscal», enfatiza Jiménez. «El gobierno debe asumir su responsabilidad y no trasladar sus ineficiencias a los ciudadanos».
Conclusión: un cambio necesario
Finalmente, Ariel Jiménez cuestiona cuánto más pueden soportar la clase media y los sectores vulnerables. «La pregunta es: ¿Estamos dispuestos a aceptar que el gobierno siga ignorando la necesidad de optimizar sus propios gastos?», concluye.
Este análisis detallado por el economista Ariel Jiménez invita a reflexionar sobre las verdaderas necesidades del país y las alternativas viables para fomentar un crecimiento económico sostenible sin sacrificar el bienestar de las familias dominicanas.