Por Frank Valenzuela
Para que los creyentes tengan al alcance de la mano la palabra de Dios, el Vaticano ha compartido este lunes 21 de octubre de 2024 en su página web oficial algunos versículos de la Biblia junto con la reflexión del jefe de la Iglesia Católica, el papa Francisco. El santo pontífice, Jorge Mario Bergoglio, realiza esta lectura bíblica de forma diaria para que también sea compartida en las misas que se celebran durante todos los días de la semana.
Aunque la Sagrada Escritura tenga una antigüedad considerable, el mensaje de Dios siempre ofrece apoyo y orientación para nuestro día a día. Por tanto, es fundamental recordar los pasajes que están planteados para este lunes 21 de octubre. La lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (Ef 2, 1-10) es particularmente significativa.
«Hermanos: Ustedes estaban muertos por sus delitos y pecados, porque en otro tiempo vivían según los criterios de este mundo, obedeciendo al que está al frente de las fuerzas invisibles del mal… Pero la misericordia y el amor de Dios son muy grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados y él nos dio la vida con Cristo y en Cristo…»
El papa Francisco reflexiona sobre este pasaje, enfatizando la inmensa misericordia y amor de Dios. Destaca que, aunque estábamos perdidos en nuestros pecados, Dios nos ha salvado por pura generosidad y nos ha creado en Cristo Jesús para hacer el bien que Él ha dispuesto que hagamos. Nos invita a reconocer que la salvación es un don divino y no resultado de nuestras obras, para que nadie pueda presumir.
Asimismo, la lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 12, 13-21) nos invita a reflexionar sobre la avaricia y el verdadero valor de las riquezas. Jesús relata la parábola del hombre rico que, tras una gran cosecha, decide acumular sus bienes sin pensar en compartirlos.
«En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: ‘Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia’. Pero Jesús le contestó: ‘Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?’ Y dirigiéndose a la multitud, dijo: ‘Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea’. Después les propuso esta parábola: ‘Un hombre rico tuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha?… Pero Dios le dijo: ¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?'»
El papa Francisco nos exhorta a evitar toda clase de avaricia y a no basar nuestra vida en la abundancia de los bienes materiales. Nos recuerda que la verdadera riqueza se encuentra en lo que vale ante Dios y en cómo compartimos con los demás. La acumulación de bienes sin solidaridad es inútil ante la fugacidad de la vida.
En sus reflexiones, el pontífice nos anima a vivir con humildad y generosidad, siguiendo el ejemplo de Cristo. Nos invita a confiar en la providencia divina y a dedicar nuestras vidas al servicio de los demás, acumulando tesoros en el cielo y no en la tierra. Subraya que nuestras acciones deben reflejar el amor y la misericordia que hemos recibido de Dios.
La palabra de Dios, a través de estas lecturas, nos guía a reevaluar nuestras prioridades y a centrar nuestro corazón en los valores eternos. El papa Francisco nos llama a ser conscientes de las necesidades de nuestros hermanos y a actuar con amor y compasión. Al poner nuestra confianza en Dios y vivir conforme a su voluntad, encontramos el verdadero sentido y propósito de nuestra existencia.
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