El Proyecto La Cruz Manzanillo, según revela el Centro Bahía de Manzanillo para el Desarrollo Regional (CEBAMDER), enfrenta serias interrogantes financieras al mantener sus costos de plantaciones estáticos en el estado de situación en 445 millones durante los últimos tres años que comprenden 2023 a 2021, en medio de la crisis productiva sin proporciones que hoy padece. Este fenómeno, que desafía las expectativas normales de fluctuación en los gastos de operación asociados con ajustes de mercado y de producción, sugiere una potencial desconexión entre las prácticas contables y la realidad operativa del proyecto. La consistencia de estas cifras, especialmente en un contexto de declive productivo, podría ser indicativa de problemas subyacentes en la gestión o en la precisión de la contabilidad financiera.
Frank Valenzuela, presidente de la organización ciudadana, expresa su preocupación por la falta de dinamismo en las cifras reportadas, subrayando la inusual falta de variabilidad que podría ocultar deficiencias en la actualización y reconocimiento de los costos reales.
«Valenzuela aseguró que la transparencia y la adaptabilidad son fundamentales en la contabilidad de cualquier proyecto como La Cruz Manzanillo que se precie de ser sostenible y eficiente. La estabilidad reportada de los costos, en contraste con una crisis productiva evidente, no solo levanta sospechas, sino que también plantea interrogantes críticas sobre la gestión del proyecto», comentó.
Destaca, que adicionalmente, el análisis crítico de las inversiones del proyecto en el estado de situación entre 2020 y 2023 refleja un decremento desde RD$343,582,516.11 a RD$293,544,347.53, lo que traduce en una variación negativa de RD$50,038,168.58 y revela una tasa de decrecimiento del 14.56%. Esta tendencia decreciente desafía la lógica de inversión productiva y suscita preguntas sobre la efectividad de la gestión de activos.
Según el presidente del Centro CEBAMDER, esta reducción en las inversiones y el estancamiento de los valores evidencian la necesidad imperante de una revisión financiera y estratégica exhaustiva. Subraya la importancia de establecer una correlación entre la inversión del estado y el valor de los activos del proyecto, especialmente en el contexto de una disminución de RD$-10,512,416.99 en la propiedad, planta y equipos entre 2020 y 2023, cuya tasa de decrecimiento es del 2.29%.
Al detallar el total de activos, se evidencia una disminución del 5.67% en cuatro años, pasando de RD$859,225,775.35 en 2020 a RD$810,496,340.78 en 2023. Esta disminución de RD$48,729,434.57 pone en duda las estrategias de gestión de activos y la dirección del proyecto.
Respecto a los activos corrientes, la disminución fue de RD$2,597,500.02, equivalente a una tasa de decrecimiento del 44.19% desde 2020, comprometiendo la liquidez y la capacidad de cumplir con obligaciones a corto plazo.
La inconsistencia es más evidente al considerar la fluctuación de activos totales en 2021 y la ligera recuperación en 2022, que reflejan una falta de dirección estratégica coherente y una adaptabilidad cuestionable en un mercado competitivo.
La inmovilidad de los valores de ciertos activos fijos en el Proyecto La Cruz Manzanillo, como los terrenos y los equipos de oficina y transporte, durante los años 2021 y 2022, es un fenómeno que despierta interrogantes críticas en el ámbito financiero. La constancia en estos valores a través del tiempo es atípica, ya que usualmente estos activos están sujetos a ajustes periódicos que reflejan la depreciación o las inversiones en mejoras y mantenimiento.
La estabilidad en los valores de terrenos, que por naturaleza son menos susceptibles a la depreciación, aún podría considerarse razonable; sin embargo, la falta de variación en mobiliario y equipos sugiere una posible subestimación de la depreciación acumulada o la omisión en la actualización de la valoración de dichos activos.
Por otro lado, la disminución del valor en las edificaciones indica una depreciación o una posible desinversión, que puede ser parte de una estrategia de venta o reestructuración de activos. Lo que resulta alarmante es que, a pesar de la inyección de capital del estado superior a los 400 millones de pesos de septiembre de 2020 a diciembre de 2023, el valor de la propiedad, planta y equipos ha disminuido de RD$459,064,217.79 en diciembre de 2020 a RD$448,551,800.80 en diciembre de 2023.
Esta variación absoluta de RD$-10,512,416.99 y una tasa de decrecimiento del 2.29% en el valor de la propiedad, planta y equipos requiere una explicación detallada que justifique cómo, a pesar de las sustanciales contribuciones del estado, los activos esenciales del proyecto han perdido valor. Esto no solo cuestiona la eficacia de la administración y la estrategia de capitalización del proyecto, sino que también pone en duda la transparencia y precisión en la presentación de los estados financieros del Proyecto La Cruz Manzanillo.
El aumento en los pasivos tanto a largo como a corto plazo entre 2020 y 2023 añade otra capa de complejidad a la situación. Los pasivos a largo plazo aumentaron en RD$10,928,273.05, con una tasa de crecimiento del 87.54%, mientras que los pasivos a corto plazo crecieron en RD$8,109,830.79, a una tasa del 5.67%, resultando en un incremento combinado de los pasivos de RD$19,038,103.84 y una tasa de crecimiento total del 12.24%.
Valenzuela concluye asegurando que, las cifras financieras estáticas en un proyecto dinámico como La Cruz Manzanillo son inusuales y problemáticas. Indican la posibilidad de prácticas de contabilidad inadecuadas, falta de actualización y posiblemente inexactitudes en la presentación de la situación financiera. Las razones para una auditoría son claras: para validar la exactitud de la información presentada, para asegurar la transparencia y para brindar confianza