Por Frank Valenzuela

Montecristi, República Dominicana – En un movimiento sorpresivo y controversial, el excandidato a senador del Partido Fuerza del Pueblo por la Provincia de Montecristi, Edward Rodríguez, anunció su renuncia al Partido, citando desacuerdos fundamentales con los métodos de selección de candidatos dentro de la organización.

Rodríguez, quien hasta la fecha se desempeñaba como miembro de la Dirección Central, expresó su rechazo al uso de la «dedocracia» en la selección de candidaturas, un método del cual él mismo fue producto en su nominación como candidato a senador por la provincia de Montecristi.

Conocedores de la situación destacan que esa afirmación resulta particularmente paradójica, ya que Rodríguez aceptó la nominación a senador por el mismo método que hoy critica. La consistencia de su argumento queda, por tanto, en entredicho, al haber aceptado previamente beneficiarse del sistema que ahora condena.

Esta renuncia y las razones esgrimidas revelan no solo una crítica al proceso interno del Partido Fuerza del Pueblo sino también una aparente incongruencia en las convicciones políticas del señor Rodríguez.

Más aún, aseguran que Rodríguez ha decidido sumar su apoyo al gobierno de Luis Abinader, uniéndose a la organización Justicia Social, conocida por estar formada por antiguos miembros del PLD y utilizada como estrategia para atraer a miembros de dicho partido hacia el proyecto político de Abinader.

Esto marca un giro significativo en su carrera política, transicionando de un esfuerzo por apoyar a los candidatos de la Fuerza del Pueblo —donde su participación no logró el impacto esperado en las urnas— hacia un rol de Coordinador Regional en Justicia Social bajo la dirección de Julio César Valentín.

Es imperativo destacar que, durante su campaña con la Fuerza del Pueblo, Rodríguez y sus compañeros de partido obtuvieron 2,419 votos, una cifra pírrica si se compara con la magnitud de recursos que invirtió en comparación con los 12,279 votos logrados por los candidatos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en la misma jurisdicción.

Esta diferencia de votos refleja el desafío que Rodríguez y su partido enfrentaron en las elecciones, llevándolo ahora a buscar nuevos horizontes políticos que, según afirma, respeten más profundamente los derechos de elegir y ser elegido dentro de un marco de justicia social.

Esta renuncia y el subsecuente cambio de afiliación política plantean interrogantes sobre la coherencia y la lealtad dentro del espectro político dominicano, así como sobre la ética de cambiar de partido basado en resultados electorales y conveniencias personales y económicas. La decisión de Edward Rodríguez suscita un debate necesario sobre los valores, la integridad y el futuro de la política en República Dominicana.

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