El pasado viernes, el capitán de un yate que lleva 15 días en ubicado en playa los coquitos de Manzanillo y quien estuvo al borde de un secuestro cuando tres individuos armados irrumpieron violentamente en un restaurante de la comunidad reveló que, lo que inicialmente parecía ser un episodio aislado mostró una verdad impactante: el capitán del yate, Santiago Sosa, se dedica supuestamente al transporte de turistas desde la República Dominicana hacia Cuba.

Se destaca que, en encuentro con comunicadores en Manzanillo, Santiago Sosa no solo denunció el intento de secuestro que sufrió, sino que también reveló que fue citado desde Puerto Plata por un individuo llamado Pelofino, quien supuestamente tenía vínculos con la operación.

Según sus declaraciones, al llegar al lugar acordado, el capitán se encontró con la llegada de tres individuos armados que lo golpearon brutalmente con una pistola y lo forzaron a abandonar el restaurante con la intención de obligarlo a subir a una yipeta. Afortunadamente, logró escapar corriendo hacia el restaurante, evadiendo varios disparos que milagrosamente no lograron impactarlo.

Estos eventos desgarradores plantean serias interrogantes sobre la seguridad en la comunidad y las posibles actividades ilícitas que ocurren en el espacio costero de la bahía de Manzanillo. Es alarmante conocer los rumores que circulan entre los pobladores sobre la utilización de la costa como puente para el traslado clandestino de personas de nacionalidad china y cubana.

Además, resulta sorprendente que la fiscalía del Distrito Judicial de Montecristi, encabezada por Johanny A. Herrera, haya ordenado la simple libertad de estas personas sin esperar la decisión de un juez, a pesar de la gravedad de los incidentes en los que se vio involucrado Santiago Sosa en Manzanillo.

El incidente ocurrió cuando tres individuos armados ingresaron al restaurante El Puerto, en la calle 27 de febrero de Manzanillo, con pistolas en manos. Su objetivo era el capitán Santiago Sosa, quien se encuentra relacionado con un conflicto que culminó en un intento de secuestro.

Residentes en la comunidad destacan que el hecho de que Manzanillo haya presenciado un evento de esta magnitud es algo sin precedentes, por lo que consideran que es necesario investigar a fondo la participación de Santiago Sosa en este entramado, el cual podría estar relacionado con la trata de personas utilizando Manzanillo como un puente.

Además, es importante destacar que el yate en cuestión lleva más de 15 días en Manzanillo al momento del intento de secuestro, lo que plantea interrogantes sobre la verdadera naturaleza de las actividades llevadas a cabo por Santiago Sosa y su posible implicación en actividades ilegales relacionadas con la trata de personas.

Para residentes en Manzanillo, la forma en que se ejecutó el delito y su tipificación como tentativa de secuestro debería considerarse un caso complejo que requiere una investigación exhaustiva del móvil del secuestro y todas las posibles ramificaciones de este.

Agregan que resulta evidente que este suceso va más allá de un simple incidente y debe ser tratado con la seriedad y la diligencia que merece. La situación en Montecristi, donde el tratamiento de casos del crimen organizado está arraigado, exige una investigación rigurosa y, sobre todo, la decisión de la fiscalía de solicitar la libertad del capitán es motivo suficiente para investigar a fondo a toda la fiscalía.

Por último, es fundamental que las autoridades tomen las medidas adecuadas para esclarecer los hechos y garantizar la seguridad de la comunidad. El caso de Santiago Sosa y sus actividades deben ser investigados a fondo para desentrañar la verdad y tomar las acciones necesarias para evitar cualquier forma de explotación humana. La comunidad de Manzanillo merece vivir en un entorno seguro y protegido, y es responsabilidad de las autoridades garantizar su bienestar y llevar a los responsables de estos actos ante la justicia.

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