Los equipos de emergencia de Turquía han conseguido exitosamente rescatar con vida a un niño de 12 años que pasó 260 horas entre los escombros de un edificio en la provincia de Hatay. Horas antes, los socorristas habían anunciado el rescate de una joven de 17 años y una mujer de 20 en Kahramanmaras, ciudad cercana al epicentro del terremoto del pasado 6 de febrero.

“Parecía gozar de buena salud. Abría y cerraba los ojos”, declaró el minero Ali Akdogan que participó en el rescate de una de ellas, Aleyna Olmez.

A diez días del seismo, uno de los diez más mortíferos de los últimos 100 años, las esperanzas de encontrar supervivientes se desvanecen día a día. Muchos de los habitantes de las zonas más afectadas por el fenómeno se enfrentan a una situación de emergencia extrema que se ve empeorada por las bajas temperaturas, la falta de agua potable y los escazos recursos para mantenerse calientes e, incluso, para asearse.

Además de las tareas de rescate, los equipos brindan ayuda humanitaria a los sobrevivientes (REUTERS)

Así, la población resulta más propensa a contraer enfermedades que podrían resultar de gravedad en este escenario. “Las necesidades son enormes, la gente está sufriendo y no hay tiempo que perder”, declaró el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un comunicado difundido este jueves en el que se pedía a la gente de todo el mundo que colaboren con donaciones para ayudar a las víctimas.

A medida que los días pasan, las tareas de rescate son cada vez menos pero aumentan las de ayuda humanitaria para los sobrevivientes y los heridos. Es por ello que, con ese fondo se planea brindarle asistencia a 5,2 millones de personas durante los próximos tres meses, agregó Guterres.

El dinero “permitiría a las organizaciones de ayuda aumentar rápidamente el apoyo vital” en un abanico de aspectos como seguridad alimentaria, protección, educación, agua y refugio.

Antonio Guterres lamentó la situación en Turquía y pidió el apoyo de la comunidad internacional (AP)

“Insto a la comunidad internacional a dar un paso adelante y financiar plenamente este esfuerzo crítico en respuesta a uno de los mayores desastres naturales de nuestros tiempos”, concluye el comunicado difundido el mismo día que se confirmó que la cifra de muertos en Turquía por este episodio ya se ubica en 38.044. En tanto, las víctimas sirias son 3.688 por lo que, en total, el temblor ha dejado un saldo de 41.732 personas -aunque son más de 5 millones los afectados por el episodio-.

Si bien el terremoto tuvo lugar en una de las zonas sísmicas más activas del mundo, muchos estudios recientes han apuntado a que los edificios allí no estaban construidos bajo los parámetros que se establecen para resistir vibraciones del suelo tan potentes. Inclusive, las autoridades han iniciado una investigación al respecto, en la que ya hay más de una decena de detenidos.

Los primeros estudios apuntan a que gran parte de los edificios colapsados no habían sido construidos para resistir las fuertes vibraciones del suelo (REUTERS)

El último reporte indicó que son más de 11.000 los inmuebles dañados y otros 50.000 deben ser derribados con urgencia dados los riesgos de colapso que aún persisten sobre ellos.

El ministro del Interior, Süleyman Soylu, comentó que junto con estas demoliciones se tomarán muestras de los cascotes a fin de determinar la calidad del hormigón o de la estructura y poder, así, depurar responsabilidades en el futuro.

(Con información de AFP y Europa Press)

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