DOHA, Qatar — El Mundial 2022 se ha parecido al «Last Dance» de dos de las más grandes estrellas del fútbol mundial, que no han logrado ganar el mayor premio de este deporte. Lionel Messi, de 35 años, comentó a los medios de comunicación en agosto pasado que éste sería su última Copa del Mundo. Por su parte Cristiano Ronaldo, que cumplirá 38 años en febrero próximo, parece decidido a seguir adelante.

Sin embargo, estos dos íconos del fútbol han tenido dos torneos radicalmente distintos: Messi está a un partido de asegurar que Qatar 2022 será recordado por siempre como «su» Mundial, con todo listo para que la selección argentina se enfrente a Francia en la final de este domingo.

 Pero para Cristiano, figura del combinado de Portugal y el hombre con quien Messi ha compartido los más grandes escenarios del balompié global durante más de 10 años, es un Mundial que preferiría dejar en el olvido.

Cristiano dejó Qatar con un récord en su haber, luego de haberse convertido en el primer jugador masculino en marcar en cinco Mundiales; sin embargo, la diferencia entre los impactos causados por ambos quedó claro cuando Messi impuso varios hitos durante la victoria argentina en semifinales sobre Croacia, y estos fueron tratados como poco más que un mero pie de página. El rosarino igualó la marca de Lothar Matthaus de apariciones en un Mundial masculino (25) y superó a Gabriel Batistuta como máximo goleador histórico de la Albiceleste en la competición al convertir su undécimo tanto el martes contra los croatas. A pesar de ello, la única noticia de la noche era que Messi obtuvo la oportunidad de ganar el trofeo. Para Cristiano, su sueño terminó tres días antes cuando Portugal cayó eliminada por la sorpresiva Marruecos en cuartos de final.

Independientemente de la forma en la que termine la gesta de Messi, las noticias generadas por los dos futbolistas más reconocibles del planeta han sido radicalmente distintas desde su llegada al Medio Oriente.

Mientras que Messi comparecía en su primera rueda de prensa en el Centro de Convenciones de Qatar hace aproximadamente un mes, para declarar que se sentía «tranquilo» y elogiaba el ambiente dentro de la concentración argentina, el estado de ánimo era muy distinto del otro lado de Doha, específicamente en el complejo de entrenamientos del combinado portugués en el Club Deportivo Al Shahaniya.

La explosiva entrevista de Cristiano con el periodista Piers Morgan (que llevó al Manchester United a amenazarlo con emprender acciones legales hasta que llegaron a un apresurado «acuerdo mutuo» para rescindir su contrato) se había transmitido un mes antes.

Cuando Bernardo Silva atendió a los medios en la primera rueda de prensa de los portugueses en Qatar, las preguntas (comprensiblemente) no giraban en torno al Mundial. El mediocampista del Manchester City tiene la reputación de ser un hombre relativamente calmado, pero no tardó en mostrar su hartazgo ante la catarata de preguntas relativas a su compañero.

«Las noticias provenientes de Inglaterra no tienen nada que ver con la selección, así que no diré nada», afirmó.

Unos días después, Cristiano (que se coló en otra conferencia de prensa a primeras horas de la mañana sin anunciar para evitar el circo mediático) pidió a los periodistas que dejaran de preguntar a sus compañeros sobre el desastre que había dejado en Manchester. No ayudaba a su causa, y siempre hubo la sensación de que Cristiano acechaba todo lo que el seleccionado luso intentaba hacer.

Durante la fase de grupos, Cristiano trató de hacerse con un gol que no era suyo durante el partido contra Uruguay. (Bruno Fernandes, que eventualmente terminó recibiendo el crédito por el tanto, afirmó después del encuentro que se sentían «contentos con la victoria, independientemente de quien haya marcado»). Cuando Cristiano fue sustituido al inicio del cotejo contra Corea del Sur, éste fue capturado por las cámaras de televisión quejándose de que el técnico Fernando Santos estaba «apurado por sacarme de la cancha», algo que Santos afirmó posteriormente que no le «agradaba en absoluto», antes de relevar a la figura al banco durante los partidos restantes del equipo portugués.

Santos comparecía regularmente en ruedas de prensa sacudiendo la cabeza y haciendo gestos de hastío cuando surgían las preguntas sobre Cristiano. Previo al encuentro de cuartos de final contra Marruecos, Joao Felix también exigió que le dejaran de preguntar por el delantero. Santos fue más allá, diciendo que era hora de «dejar en paz» al jugador de 37 años.

Mientras que Cristiano se convirtió en una distracción para Portugal, la influencia de Messi en el plantel argentino crecía a medida que avanzaba el Mundial. El ’10’ se mostró dispuesto a que su presencia sirviera para unificar al plantel. Mientras que los hinchas portugueses comenzaron a dudar de su héroe, los argentinos han adoptado al suyo sin reservas.

Los periodistas que cubren al seleccionado argentino están acostumbrados a los vetos mediáticos sufridos en Mundiales recientes. Ese no ha sido el caso en Qatar. Luego de la sorpresiva derrota 2-1 ante Arabia Saudita en su debut, Messi tuvo el gesto de detenerse en zona mixta para hablar con los periodistas en un momento difícil. «Que la gente confíe», indicó. «Este grupo no los va a dejar tirados».

Messi ha hecho más que hablar. En el segundo encuentro de la Albiceleste, en el que se enfrentaron a México en un cotejo que durante más de una hora cayó al plano de una competencia para ver quién pateaba más al otro, Messi marcó la diferencia, produciendo el primer momento de verdadera calidad con un toque y definición deslumbrante a 25 yardas de distancia.

La verdad incómoda para Cristiano (que siguió atrayendo a miles de seguidores a los partidos de Portugal solo para verle jugar) es que no estuvo cerca de igualar la repercusión de Messi en las canchas de Qatar. Marcó su gol (de penal contra Ghana), pero poco más. Quedó fuera del XI titular por Santos antes del partido de octavos de final contra Suiza y su sustituto, el joven de 21 años Goncalo Ramos, convirtió un triplete para sellar el triunfo 6-1.

Nuevamente relegado al banco para el choque de cuartos de final con Marruecos, Cristiano ingresó al terreno al principio del segundo tiempo, pero su única oportunidad para igualar el marcador cayó en las manos del portero. Fue la clase de oportunidad que habría aprovechado con facilidad en sus mejores años con el Real Madrid, pero ya no es esa clase de jugador.

En cuanto a actuaciones, es mucho más evidente quien satisfizo las expectativas del público: Messi marcó cinco goles (empatando con Kylian Mbappé para hacerse con la Bota del Oro al máximo goleador del Mundial), tres asistencias y promedio de 1.26 goles + asistencias por cada 90 minutos, mientras que Cristiano solo ha convertido un gol con promedio de 0.31 goles + asistencias por cada 90 minutos en su tiempo limitado como suplente.

Tras la eliminación de Portugal, algunos familiares de Cristiano han sugerido la posibilidad de que el artillero se mantenga activo para el Mundial de 2026, organizado conjuntamente por Estados Unidos, Canadá y México. Entonces tendrá 41 años. (Ante la noticia de este jueves de la renuncia de Santos como seleccionador, el dilema de Cristiano será un tema de gran importancia para su eventual sustituto).

Mientras tanto, Messi ha declarado que la final de este domingo contra Francia será su último encuentro en la competición: su aparición número 26, imponiendo un récord en Mundiales masculinos.

 Tiene la posibilidad de terminar en lo más alto, alzando el trofeo obtenido por otros dos grandes del fútbol: el brasileño Pelé y su compatriota Diego Armando Maradona, el mismo que le ha sido esquivo durante una carrera en la que ha ganado prácticamente todo el resto de grandes títulos que esta disciplina deportiva puede ofrecer.

Cristiano sigue siendo el único jugador activo con un resumen curricular que logra acercarse al de Messi, aunque el Mundial 2022 podría ser recordado como el momento que definió la diferencia entre las dos superestrellas rivales de esta generación.

¿Messi o Cristiano? Muy pronto podríamos tener la respuesta definitiva a la gran pregunta que los hinchas del fútbol se han hecho durante más de una década.

ESPN

Share.
Exit mobile version