Jacqueline Charles

Se llama “El Corte”. La masacre de 1937 en La Española, la isla que comparten Haití y la República Dominicana, es uno de los períodos más oscuros de la tensa historia de ambas naciones.

Sin embargo, la limpieza étnica llevada a cabo por el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, que ordenó la matanza de miles de haitianos a lo largo de la frontera que separa la ciudad dominicana de Dajabón de su vecina haitiana, Ouanaminthe, ha permanecido durante mucho tiempo en silencio a pesar de ser un catalizador para el sentimiento antihaitiano y antiafro que impregna la sociedad dominicana de estos días.

Miles de haitianos, así como dominicanos de piel oscura que vivían en la frontera, fueron asesinados después que, al parecer, no superaron una prueba de fuego con la palabra española perejil. Los que pronunciaron correctamente la R se salvaron. Otros que fallaron fueron ultimados a machetazos, y los soldados les cortaron la oreja izquierda como prueba de que habían matado a haitianos.

Ahora la historia ha llegado a la gran pantalla, por cortesía de un cineasta dominicano, José María Cabral, que no es ajeno a usar el cine para reunir a haitianos y dominicanos para contar una historia o para entablar un diálogo.

La película más reciente de Cabral, “Perejil”, cuenta la historia de la matanza, también conocida como la Masacre del Perejil, y se estrenará en el Festival de Cine de Miami de este año, que se celebrará del viernes al domingo 13 de marzo. La cinta se proyectará a las 7:30 p.m. del domingo en el Silverspot Cinema 12 de Miami. La película estará disponible para su transmisión en línea a partir de las 12:01 a.m. del 8 de marzo hasta las 11:59 p.m. del 10 de marzo.

El cineasta de origen dominicano José María Cabral vuelve al Festival de Cine de Miami con una nueva película, ‘Perejil’, sobre los asesinatos masivos de haitianos en 1937 en la frontera de su país

‘Fue un genocidio’

Contada a través del amor de una mujer haitiana embarazada, Marie, y su pareja dominicana, Frank, la película examina las ramificaciones de lo que Cabral describe de “genocidio”. Esta palabra no se usa mucho en República Dominicana para hablar de las matanzas, que históricamente han sido minimizadas o desestimadas por los dominicanos.

“Es la definición de lo que realmente ocurrió”, dijo Cabral, con insistencia. “Fue un genocidio de una orden dada por un dictador, Trujillo, al pueblo haitiano de esa comunidad en Dajabón y eso es un genocidio. Quiero decir que es la definición de lo que realmente ocurrió y espero que esta película ayude a que se hable de ello”.

Algunos en la República Dominicana afirman que el incidente nunca ocurrió. Mientras tanto, los historiadores estiman que fueron asesinados entre 9,000 y 30,000 civiles, en su mayoría haitianos, durante cinco días a principios de octubre de 1937. Los cadáveres fueron arrojados al siniestro río Dajabón, que separa la localidad dominicana del mismo nombre de la haitiana Ouanaminthe, y que tomó su nombre de una masacre anterior en la época colonial.

Tras la matanza de 1937, Trujillo prohibió a los periódicos escribir sobre lo sucedido y los historiadores no empezaron a buscar respuestas hasta después de la muerte de Trujillo, 31 años después de comenzar su férreo primer gobierno.

“Por qué tomó exactamente” la decisión, dijo Cabral, señalando que meses antes del masaje el dictador había visitado Dajabón, y no le gustó lo que vio: haitianos y dominicanos llevándose bien.

Sea cual sea la razón, dijo Cabral, fue una decisión arraigada en el racismo y la xenofobia.

En la película se presenta al público una comunidad de Dajabón en la que dominicanos y haitianos viven en armonía. Asisten a los funerales de unos y otros, cocinan juntos y se relacionan, y los haitianos hablan sin esfuerzo tanto español como creole.

“Quería empezar la película en esa comunidad donde se podía ver cómo vivían en Dajabón”, dice Cabral. “Los llamaban Los Rayanos porque viven [en la línea]…. Era una comunidad muy particular entre haitianos y dominicanos, y era una comunidad muy buena y eso se ve en los primeros 10 minutos de la película y cómo eso cambia por las órdenes de Trujillo”.

A Trujillo solo se le ve a través de un retrato, pero está presente durante toda la película, representado por la tiranía.

Cabral dijo que quería contar una “historia muy humana”, centrada en la familia y, en particular, en una mujer que se prepara para dar a luz. El motivo es que quiere que quienes vayan a ver la película “revisen el pasado y miren este episodio de nuestra oscura historia durante el régimen de Trujillo”.

‘Vamos a discutirlo, vamos a debatirlo’

El productor ejecutivo de la película es Jimmy Jean-Louis, actor nacido en Haití y embajador en Haití, Jimmy Jean-Louis. Es la primera película que Jean-Louis ha producido de forma ejecutiva en la que no actúa, dijo.

Jean-Louis dijo que decidió participar en “Perejil”, que se rodó durante cuatro semanas en un estudio porque pensó que “era bastante honesta en cuanto al retrato de la situación en que vivía la mayoría de los haitianos en ese período”.

También hay otra razón por la que decidió sumar su nombre: las tensiones latentes que siguen existiendo. Esas tensiones han dado lugar a duras políticas por parte de la República Dominicana, como la privación de la ciudadanía a hijos nacidos en República Dominicana de migrantes haitianos no autorizados y la negativa a proporcionar atención médica a las haitianas embarazadas indocumentadas, así como la construcción de un muro fronterizo. La semana pasada, el presidente dominicano Luis Abinader visitó Dajabón, donde los trabajadores están construyendo un muro de concreto que cubrirá casi la mitad de las 244 millas de frontera porosa entre los dos países.

Durante la visita, Abinader trató de dar un giro positivo al controversial muro, diciendo en un comunicado que “el beneficio para ambas naciones será de gran importancia”.

“Como haitiano y actor, si puedo aportar un poco de luz en ese tipo de historia, lo haré”, dijo Jean-Louis sobre las tensas relaciones entre ambos grupos.

“Vamos a discutirlo, vamos a debatirlo. No se trata de que esté bien o mal”, dijo Jean-Louis. “Es importante sacarlo a la luz, es una parte de la historia… Doy la bienvenida a cualquiera que lo aborde y lo dé a conocer”.

Al proyectar su película en el Festival de Cine de Miami, Cabral conseguirá un público diverso. Pero la cuestión es cómo recibirán la película ambos grupos. Cabral asistirá a la primera proyección en la sala el domingo y participará en una sesión de preguntas y respuestas posterior.

Mientras que los haitianos pueden dar la bienvenida a la nueva perspectiva, especialmente de parte de un dominicano, quizá no sea lo mismo para muchos dominicanos, que históricamente han rehuido las discusiones sobre la masacre.

“Espero que esta película sirva para educar a nuestra generación”, dijo. “No formamos parte de esa historia, pero tenemos que conocerla. Podemos aprender de ella y evitar que algo así vuelva a suceder”.

El Nuevo Herald

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