Si alguien dice que Albert Pujols ha sido el mejor pelotero nacido en la República Dominicana seguro que no encontraría mucha oposición. Más todavía conseguiría quien planteara que Al Horford ha sido el mejor baloncestista parido por una quisqueyana.
Béisbol y baloncesto polarizan la atención deportiva del dominicano en la mayor parte del año.
Pero hoy, con Pujols y Horford todavía en plenas facultades para batear, anotar o jugar defensa, ambos se encuentran inactivos, en contra de su voluntad, cohibidos de engrandecer sus brillantes palmarés. Unas decisiones de carácter deportivo que importantes actores en la isla y en Estados Unidos interpretan como de irrespeto a la altura de ambos.
El Thunder de Oklahoma City hizo lo nunca visto al sacar del roster activo el 27 de marzo a Horford por el resto de la temporada cuando restaban 28 partidos. El fin es exponerlo a menos lesiones y poder cambiarlo en la próxima temporada muerta al jugador de 34 años con contrato para otras dos campañas.
Detrás del movimiento hay un objetivo claro de perder más partidos para aumentar las opciones de escoger temprano en el sorteo de la NBA. Horford es un cinco veces All Star que lidera en totales a los criollos que han pasado por la liga.
El jueves, los Angelinos terminaron su relación de 10 años con Pujols al colocarlo en la lista de waivers, esa donde cualquier equipo lo puede reclamar solo pagando una porción del sueldo mínimo. Una movida destinada para peloteros de cuestionable rendimiento en una campaña en la que Pujols tenía un ritmo para terminar el año a las puertas de los 700 cuadrangulares.
Pujols, de 41 años y en el último de su contrato, quería más turnos y lo exigió. Pero el equipo no aceptó la petición y lo que debió terminar en alfombra roja como comenzó ha acabado sin que uno y otro se quieran siquiera responder un mensaje por WhatApp.
No es el fin de Horford, Pujols quiere asegurarse que tampoco es el suyo. Pero, al igual que los millonarios contratos que recibieron, hoy son víctimas de la gran caja que manejan esas ligas, que les permite darse el lujo de sacarlo.
Diario Libre
