WASHINGTON (AP) — Joe Biden utilizará su primer gran momento como presidente en el escenario global: la reunión del Grupo de los Siete programada para el viernes, para anunciar que Estados Unidos pronto empezará a destinar 4.000 millones de dólares a un programa internacional para impulsar la compra y distribución de la vacuna contra el coronavirus a las naciones pobres, informaron el jueves funcionarios de la Casa Blanca.
Biden también alentará a los socios del G-7 para que cumplan sus compromisos con la plataforma COVAX, que es una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud para ampliar el acceso a las vacunas, de acuerdo con un funcionario de alto rango del gobierno que habló bajo condición de anonimato para ofrecer un adelanto del anuncio de Biden.
El expresidente Donald Trump rechazó participar en la iniciativa COVAX por sus vínculos con la OMS, la agencia con sede en Ginebra a la que el exmandatario acusó de encubrir los traspiés de China en el manejo del coronavirus al inicio de la pandemia. Trump retiró a Estados Unidos de la OMS, pero Biden rápidamente la reincorporó luego de que asumió el cargo el mes pasado y confirmó que la nación contribuiría al COVAX.
Los 4.000 millones de dólares de financiamiento estadounidense fueron aprobados por el Congreso federal en diciembre y se distribuirán a lo largo de los próximos dos años.
Estados Unidos se ha comprometido a trabajar a través del COVAX para garantizar que haya una “distribución equitativa de vacunas y de financiamiento a nivel mundial”, comentó la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, a los reporteros el jueves.
Aún está por verse cómo se tomarán los socios del G-7 los pedidos de Biden para una mayor cooperación internacional para la distribución de las vacunas, dado que Estados Unidos se rehusó a participar en la iniciativa durante el gobierno de Trump y que cada vez hay más solicitudes para que el gobierno de Biden distribuya en el extranjero algunas vacunas producidas en territorio estadounidense.
Durante una entrevista el jueves con el Financial Times, el presidente francés Emmanuel Macron pidió a Estados Unidos y a las naciones europeas destinar hasta el 5% de sus suministros actuales de vacunas a los países en vías de desarrollo, el tipo de asistencia internacional que China y Rusia han comenzado a implementar.
Y hace unos días, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, criticó con dureza la distribución “increíblemente desigual e injusta” de las vacunas contra el COVID-19, y apuntó que 10 países han administrado el 75% de todas las dosis.
Sin embargo, Biden, que anunció la semana pasada que Estados Unidos tendrá suficientes dosis de la vacuna para finales del verano para inocular a 300 millones de personas, sigue enfocado por ahora en garantizar que cada estadounidense sea vacunado, señalaron funcionarios del gobierno.
El presidente, en su primer memorando de seguridad nacional emitido el mes pasado, pidió a su gobierno que desarrollara un marco para donar las vacunas sobrantes una vez que hubiera un suministro suficiente en Estados Unidos.
Prensa Asociada