ATLANTA — Hank Aaron cumplió con una última visita al lugar donde llegó a los 715 jonrones.
El miércoles, tras una ceremonia fúnebre de tres horas en la que participaron dos expresidentes, un excomisionado del béisbol y un ícono de la lucha por los derechos civiles, la carroza que transportaba el féretro de Aaron se desvió de la avenida que lleva su nombre y se dirigió al lugar donde se encontró alguna vez el Atlanta-Fulton County Stadium.
Fue ahí donde Aaron quebró el récord de cuadrangulares el 8 de abril de 1974, rebasando a Babe Ruth.
El estadio fue demolido con explosivos en 1997, cuando los Bravos se mudaron al otro lado de la calle para jugar en el Turner Field. El viejo estadio quedó como el aparcamiento del nuevo.
Pero persiste la barda exterior de contención del viejo parque, junto con una modesta marca en el estacionamiento, que marca el lugar exacto donde la pelota con la que Aaron rompió el récord pasó por encima del muro del jardín izquierdo.
Varios fanáticos se solían detener en el lugar, donde hay un pequeño tramo de la cerca y un letrero en forma de pelota de béisbol, que dice: “Hank Aaron, Jonrón número 715”. El número de visitantes aumentó desde el viernes, cuando Aaron falleció a los 86 años.
La barda está ahora cubierta de flores, cartas y recuerdos.
Y la procesión funeraria del expelotero pasó por el lugar, en camino al sepelio en el Cementerio South-View.
“Toda su vida fue un jonrón”, recalcó el expresidente Bill Clinton durante la ceremonia previa. “Ahora, él ha terminado de recorrer las bases”.
Bud Selig, quien fue comisionado de las Grandes Ligas durante más de dos décadas, contó que uno de sus recuerdos más preciados fue el de acudir al County Stadium de Milwaukee como fanático, para atestiguar el jonrón que envió a los Bravos a la Serie Mundial de 1957.
“La imagen del gran Aaron, delirante de felicidad mientras era alzado en hombros por sus compañeros para abandonar el terreno, está impresa de manera indeleble en mi memoria”, dijo Selig.
Sólo unas 50 personas asistieron a la ceremonia en la Iglesia Bautista Friendship, debido a las restricciones por la pandemia. Otras enviaron mensajes en video, como en el caso de otro expresidente, Jimmy Carter, de 96 años.
Andrew Young, uno de los principales colaboradores de Martin Luther King Jr. durante el movimiento por los derechos civiles dijo que Aaron ayudó a transformar su ciudad adoptiva en una de las más influyentes de Estados Unidos.
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