Trump sobre una posible derrota: “Ganar es fácil, perder, no. No para mí” | Más de 100 millones de estadounidenses ya han votado, dos tercios por correo | Los votantes eligen entre el sello nacionalista del actual presidente y la moderación del exvicepresidente de Obama
Estados Unidos decide la continuidad de Donald Trump en la Casa Blanca o su relevo por parte del demócrata Joe Biden. La tensión es máxima. Biden apela a “restaurar la decencia y la honestidad en la presidencia de este país”, mientras que Trump insiste en poner en duda los resultados si no le son favorables. “Ganar es fácil, perder, no. No para mí”, ha dicho sobre una posible derrota durante una visita a sus oficinas de campaña en Arlington. Biden, en tanto, ha pedido el voto porque, dijo, “las tradiciones están para romperse”.
«Hay mucho en juego esta noche. Ya veremos”, agregó. Más de 100 millones de estadounidenses han votado ya, dos tercios por correo, un 72,8% de los que lo hicieron en total en 2016. De ese total, 1,7 millones han sido jóvenes latinos, lo que ha supuesto un 313% más que hace cuatro años, según Naleo, una organización que promueve el voto latino en Estados Unidos. Las encuestas apuntan a una ventaja de Biden de 6.7% en intención de voto, según el promedio de las encuestas de Real Clear Politics. No obstante, Trump conserva una opción entre seis de ganar.
El Gobernador de Vermont, el republicano Phil Scott, anunció este mediodía que ha votado por Joe Biden, convertiendose así en el primer cuadro del partido conservador que hace público su voto para el candidato demócrata.
Muy crítico con Trump, Scott había ya anunciado que no iba a votar por el candidato de su partido. Sin embargo, no estaba claro que eligiera otro nombre en la papeleta, como han hecho otros reconocidos republicanos contrarios a Trump, o que diera su voto a Biden, como finalmente ha ocurrido. Scott ha reconocido que es la primera vez que vota a un candidato demócrata. Tampoco votó por Trump en 2016. En un ambiente de fuerte división, las elecciones presidenciales de este martes son en gran medida un plebiscito a la ola de populismo que ha sacudido la política a uno y otro lado del Atlántico en los últimos años.
El propio Trump ha planteado la elección como un plebiscito sobre su persona y su liderazgo. El Partido Republicano ni siquiera se ha molestado en aprobar una nueva plataforma, una suerte de principios y promesas que equivale a los programas electorales europeos que los partidos deliberan en su convención del verano, cuando votan a sus candidatos presidenciales. Por primera vez, el Grand Old Party de Abraham Lincoln anunció que se limitaba a “respaldar de forma entusiasta” la agenda del presidente.
La esperanza de Joe Biden está puesta en los jóvenes y las minorías étnicas. No tienen fama de ser muy participativos en los procesos electorales, pero cuando acuden a las urnas, tienden a favorecer a los demócratas. En 2019, además, los millenials se convirtieron en la generación más numerosa en Estados Unidos, superando a los bomers, que han dominado la política estadounidense durante décadas.
Según la empresa de datos Catalist, 4,5 millones de hispanos votaron de forma anticipada, 3,1 millones más que en 2016. Y el 65% votó de ellos lo hizo por Biden.
Biden hablará esta noche aunque no haya un resultado claro. El aspirante demócrata Joe Biden se dirigirá al país esta noche, incluso si el recuento está demasiado ajustado como para que haya un ganador claro, según ha indicado un miembro de su campaña a la radio pública NPR. «Creo que tendremos suficientes datos de los estados centrales para tener una idea de la dirección en la que va esta carrera», ha dicho la subdirectora de campaña Kate Bedingfield en declaraciones a NPR. «Pero si no, si está cerca y no lo sabemos, los votantes tendrán noticias de Biden esta noche».
Hace pocas semanas nadie prestaba demasiada atención a Texas, el segundo Estado más poblado del país con 38 votos electorales. Se daba por descontado que votaría republicano, como hace desde 1980. Algo ha cambiado. Los analistas lo consideran hoy un Estado toss up, que está en el aire. Un triunfo demócrata sería histórico y la gran sorpresa de la noche. De suceder, sería la primera victoria demócrata desde la que logró Jimmy Carter.
Es poco probable. La mayoría de las encuestas favorecen a Trump sobre Biden. Hace cuatro años, el republicano tenía allí una ventaja de 11 puntos. Hoy es de menos de dos. La última palabra la tendrá la comunidad latina.
La organización Naleo, que promueve el voto de la comunidad latina, anuncia que la participación de la comunidad hispana está batiendo récords, por encima incluso de los registros de la elección de Barack Obama. Sus primeras estimaciones apuntan a que 8,6 millones de latinos ya han votado.
El País